Composiciones
interpretables
José García Caneiro
Ediciones Vitruvio, 2016
El
libro Composiciones interpretables es
la segunda incursión de José García Caneiro en el género poético, un poemario
que sorprende gratamente pues estamos ante una poesía de calidad, muy cuidada,
tanto en el léxico como en la expresión, donde el poeta trabaja los poemas con
el esmero de un artesano de la palabra. Contenido y lirismo se funden para dar
como resultado un bello y atrayente producto poético.
Este
poemario de García Caneiro, así como su poesía, fruto de una labor iniciada
hace mucho tiempo y dada a conocer por vez primera en 2014 con su libro Fragmentos de una voz cansada, es la
prolongación de una trayectoria literaria que ha pasado por el ensayo, el
relato y la novela.
Una
voz poética que a juzgar por la vitalidad que encontramos en la poesía de García
Caneiro, volcada en estas Composiciones
interpretables, no parece en absoluto una voz cansada sino más bien todo lo
contrario. En este sentido, su poesía es también el resultado de numerosas
lecturas sobre muy diversos temas y de la reflexión profunda sobre dichas
lecturas. El bagaje cultural adquirido por el poeta en diversas fuentes que
desemboca aquí en expresión poética, como manifestación de una destacada
experiencia intelectual unida al testimonio vital del autor.
Porque
en la poesía de García Caneiro está muy presente el hombre de letras, el
humanista y también el estudioso de la filosofía (no en vano el autor es doctor
en está materia) que observa el mundo que le rodea desde una perspectiva y con
una sensibilidad singular, lo cual le lleva a plasmar por medio de la poesía
aquello que seguramente no puede expresar por medio de la narrativa o del
ensayo, aquello para lo que no encuentra acomodo en la prosa.
Para
adentrarnos en la poesía de García Caneiro no conviene perder de vista el
prólogo que Santiago López Navia preparó para la edición de Fragmentos de una voz cansada (Ediciones
Vitruvio, 2014) ya que, como se dijo entonces, cuando nos situamos frente al
poeta José García Caneiro estamos ante un hombre conmovido que nos hace testigo
de sus sentimientos, a través de un canto verdaderamente fecundo.
Composiciones
interpretables es un
libro estructurado en tres partes, que guarda al final un precioso regalo al
que me referiré más tarde. Todo ello conforma un magnífico puzle poético que no
fue pensado intencionadamente en su génesis, sino que el autor ha ido
elaborándolo según fueron surgiendo las piezas que lo configuran.
El
libro se abre con unas Canciones para leer,
como nos indica su autor, y entiendo que para no ser cantadas. Son poemas que
nos hablan del paso del tiempo incesante, infatigable, inexorable –como decía
Ortega y Gasset- “horas que pasan sin
pausa, condicionando el constante fluir de las ideas”, escribe García
Caneiro. Sin duda, le hubieran gustado estos versos, y otros muchos que podemos
encontrar en este poemario con regusto filosófico, a ese gran pensador y maestro
de filósofos que fue Ortega. Versos de esta primera parte del poemario que
también nos hablan de esperanza, de la búsqueda del sentido de la vida y de la
vida misma, como es el caso del poema Tierra
extremadamente dura, titulo del poema que evoca la tierra extremeña.
También
escribe el poeta sobre la incertidumbre de la vida, en el poema Futuro, o de nuestra sencilla pero
elogiable humanidad, la del ser, estar, la del vivir tan sólo, que no es poca
cosa, frente a quienes se empeñan en forzar la existencia misma, frente a
quienes quieren llegar a ser Superhombres,
como nos advierte en el poema titulado con de dicho superlativo de signo nietzscheano.
Preguntas
de difícil respuesta, gestos, agua, viento, soledad, el ocaso,… todo lo
convierte García Caneiro en poesía, en poesía de bella factura, elaborada
eligiendo la palabra certera y apropiada.
La
segunda parte de este libro contiene tres Cánticas,
cuasi-dantescas, así las define el autor, y como Dante y citando a Dante en
cada una de ellas nuestro poeta nos pasea por el infierno, el purgatorio y el
paraíso. Bajo esos epígrafes se desarrollan otros tantos poemas surgidos a
partir de experiencias cercanas al poeta que ha querido trasladar al verso,
donde la amistad, la espiritualidad y el amor dan contenido a tres poemas
extensos bajos los títulos Yo tenía un
amigo, Enclaustrada y Empíreo.
Respondiendo
al concepto de Cántica observamos que estos poemas son poemas de poemas, poemas
compuestos de cánticas, de breves composiciones poéticas, que van desde los nueve
poemas o cánticas que contiene Enclaustrada
hasta los treinta y dos poemas o cánticas del poema Empíreo.
En
esta parte del poemario, sin desmerecer un ápice a otros apartados del libro,
nos encontramos con un empleo excelente del lenguaje, una riqueza de imágenes
que confiere una solidez extraordinaria al discurso poético y, sobre todo,
hallamos mucho oficio literario y de poeta. Hay también un léxico muy cuidado,
un uso impecable de la metáfora, elementos simbolistas, modernistas, en fin una
poesía personalísima, acabada y de altura. Lo mencionado es aplicable a todo el
poemario, es verdad, pero aquí alcanza una relevante efervescencia, un punto
álgido. Al mismo tiempo, este es sin duda el capítulo más complejo del
libro.
En
la tercera parte nos encontramos con Cantatas.
Como puede atisbarse todo el poemario es un canto en tres fórmulas diferentes: Canciones, Cánticas y Cantatas. Estas Cantatas tienen también su advertencia,
como no podía ser de otra manera, son Cantatas
“para no ser cantadas”. Los ocho poemas de esta tercera parte nos presentan
a un José García Canerio más intimista que habla de sueños, afanes, del fluir
de la existencia, el transcurrir de la vida, del amor de nuevo,…. Como sucede
en las dos partes anteriores, los versos aquí son igualmente resultado de experiencias
entresacadas de la vida real, de una profunda y significativa experiencia vital.
Asimismo, como ocurre en la totalidad del poemario, hay que resaltar el ritmo y
la cadencia que confiere el autor a sus versos, una musicalidad característica
que García Caneiro imprime a todos sus poemas.
Por
último, llegamos a la cuarta parte del libro, Antífona. También va de cántico. Pero aquí nos vamos a encontrar
con un poema muy bello que en un principio el autor no tenía previsto
introducir en este poemario. Se trata del poema titulado El Río. Un espléndido poema, mezcla de filosofía y poesía que
recuerda a los deliciosos escritos del poeta libanés Gibran Kahlil Gibran. Un poema en el que la naturaleza da pie al
poeta para escribir un texto digno de elogio que pone fin al libro.
Para
finalizar, creo de interés comentar esa relación tan especial que se da en la
persona y la obra de García Caneiro, en quien se funden dos ocupaciones tan
alejadas y distintas entre sí como es la de piloto militar, la profesión del
poeta, y su vocación por la literatura y en concreto por la poesía.
Está
relación que puede parecer llamativa no es ni mucho menos algo excepcional en
nuestra literatura. Ahora que está tan de moda retroceder, a través de la
novela histórica o las series de televisión, por los senderos de la historia
hasta nuestro pasado más glorioso, hay que recordar hasta que punto en nuestro Siglo
de Oro milicia y poesía estuvieron unidas.
Hace
unos años, Víctor García de la Concha reunió en la Antología Armas y Letras en el Siglo de Oro español a treinta
autores significativos de aquella etapa, entre los que se encontraban nombres
como Garcilaso de la Vega, Calderón de Barca o el propio Miguel de Cervantes.
La lista de autores que desde aquellos tiempos hasta la actualidad han unido milicia
y poesía sería larga.
Como
corolario, decir que en este poemario de José García Caneiro hallaremos poemas
de una calidad más que notable, poemas que profundizan en los grandes temas que
se plantea el ser humano y, por tanto, poemas que invitan a trascender a
través de la palabra poética. Ahora solo resta que los lectores hagan suyos
estos poemas de García Caneiro e interpreten, dándoles significado propio, estas
Composiciones interpretables.
© Francisco J. Castañón