Parejas por dentro
Pablo Méndez
Ediciones Vitruvio, 2017
289 páginas
Parejas por dentro es un libro de amor repleto de interesantes sorpresas. Un libro escrito por esa extraña pareja que son el poeta Pablo Méndez y Pablo Méndez el grafólogo —dos personajes en uno que al mismo tiempo es también editor—. Amor y grafología en un mismo libro, todo un reto.
Por un lado, Pablo Méndez el poeta señala en esta obra que el amor, ese amor que es «capaz de cambiarnos la voz», es el principio y el final de todo, la gran llave que todos debemos buscar. Por otro, Pablo Méndez el grafólogo se lanza a explorar la letra de aquellos a quienes ha convertido en protagonistas de este libro. No sin antes dejar claro que la letra no sólo “habla” de nuestra personalidad y de alguna manera es parte de la huella que dejamos en este mundo, sino que además la letra es un espléndido retrato de nuestra figura, un retrato transparente de tantas y tantas cuestiones relativas a nuestra personalidad. Claro está, para quien saber desentrañar lo que surge en esa radiografía de la escritura en la que queda sin remedio atrapada nuestra idiosincrasia y estado de ánimo en cada momento.
Y esto es lo que hace este detective o forense de la escritura que es Méndez con diez parejas que juntas o por separado son ya iconos de la historia de la cultura.
En las páginas de este libro hay estrellas del cine, de la música, grandes personajes de la política, nombres imprescindibles de la literatura o del pensamiento contemporáneo. Una obra, como se ha comentado con anterioridad, colmada de asombrosos detalles a los que es difícil sustraerse.
Para quienes hayan profundizado en la biografía de alguna o de todas las parejas que aparecen en el libro, estoy seguro que les sorprenderá el análisis de la letra de estos personajes que hace Pablo Méndez y que sin duda aporta una nueva visión, una nueva perspectiva a la hora de conocer algo más y mejor a todo ellos y ellas.
Para quienes —como es mi caso— desconocen la vida íntima de la mayoría de las afamadas personas que aparecen en este libro, no dejará de llamarles la atención los detalles de su trayectoria vital y, por supuesto, todo aquello que al parecer surge del análisis de la escritura de cada uno de ellos o ellas.
Parejas por dentro es un libro entretenido, aporta hechos y datos relevantes, poco conocidos y curiosos sobre los personajes que desfilan por sus páginas, también tiene un punto de cotilleo muy seductor. Es, por ello, un libro revelador que además ayuda a situar a cada personaje en su “circunstancia”, como diría Ortega y Gasset, nos da la medida del carácter de cada uno de ellos o de ellas, y algunos “porqués” de sus comportamientos o decisiones. En Parejas por dentro hay grandes historias de amor, pero también de dolor.
«Yo supe del dolor desde la infancia», con estos versos de Rubén Darío comienza el primer capítulo para hablarnos de dos grandes figuras de las artes plásticas del siglo XX, como fueron Frida Kahlo y Diego Rivera. La historia de Frida es una intensa historia de amor por Rivera, pero también de enorme dolor que tuvo dos caras. Por una parte, sus problemas de salud derivados de la poliomielitis que contrajo cuando era niña a lo que se sumaron las secuelas de un gravísimo accidente de carretera que tuvo cuando era muy joven. Por otro, el sufrimiento por un amor complejo y difícil con Diego Rivera, un hombre veinte años mayor que ella. Una relación que fue descrita por la madre de Frida de una forma bastante airada: Diego Rivera tenía 41 años y pesaba cerca de 135 kilos, Frida Kahlo tenía 21 años y era muy delgada y pequeña. «Una paloma al lado de un camión», sentenció la madre.
La vida de Frida y Diego fue de novela. Personajes como Trosky y el asesino de este, Ramón Mercader, estuvieron relacionados de un modo u otro con la pareja. De hecho, se ha dicho que Trosky y Frida fueron amantes, aunque el autor de estas Parejas por dentro no parece conceder mucho crédito a tal afirmación basándose en el examen de la letra de Frida.
En este libro hay parejas donde el trinomio vida, arte y amor está muy presente. Es el caso de Dalí y Gala. Elena Ivanovna Diakonova, más conocida como Gala, se separó de su primer marido el poeta francés Paul Eluard para unirse de por vida a Salvador Dalí. El gran genio de la pintura estaba enamoradísimo de Gala. El enamoramiento de Dalí fue de tales proporciones que llegó a ser motivo de risa para el director de cine Luis Buñuel.
A lo largo de la vida del pintor de Cadaqués, su venerada Gala fue «amante, secretaria y enfermera». Sobre esta relación y la letra de ambos se cuentan cosas muy curiosas en este libro. De todas ellas, lo que Méndez cuenta sobre la relación entre Dalí y Federico García Lorca no tiene desperdicio…, ahí lo dejo.
Uno de los capítulos más atrayentes para mi gusto, supongo que cada uno tendrá sus preferencias, es el dedicado a Ava Gardner y Frank Sinatra. Se ha afirmado de Ava Gardner que tuvo la vida más hermosa de Hollywood. No sé si sería cierto, pero de su biografía se desprende que fue una mujer que vivió con gran intensidad y a la que no le asustó nunca lo que pudiera depararle el destino. Posiblemente, la causa podemos hallarla en cómo vio trastocada su vida y la de su familia cuando era niña a raíz del crack de 1929.
En el libro se relata como un cazatalentos de Nueva York le abrió la puerta del cine. Se sabe sin embargo que este envió sin sonido la prueba que realizó a “la Gardner” para los estudios con los que trabajaba. En dicha prueba quedó patente que no sabía interpretar, aunque su figura sostenía una inmejorable relación con la cámara.
La propia Ava Gardner no se consideraba actriz. De hecho, tuvo que pasar tiempo y varias películas hasta que tomó conciencia de su trabajo como actriz. Para “la Gardner” lo fundamental era vivir la vida y cuando llegó a Hollywood trató de sacar todo el partido de lo que aquella oportunidad podía ofrecerle.
En este sentido, su relación con Frank Sinatra con el que estuvo casada entre 1951 y 1957 fue apasionada y vehemente, repleta de excesos y fiestas donde el alcohol corría a raudales como si se fuera a acabar el mundo al día siguiente. Cuando conoció a Sinatra este pasaba por horas bajas y gracias a Ava Gardner consiguió un papel en la película De aquí a la eternidad que le permitió relanzar su carrera en 1952.
Pero aquel desenfrenado estilo de vida también desencadenaba reiteradas desavenencias de todo tipo, hasta que terminaron divorciándose en 1957. A pesar de ello, muchos años después, cuando ella enfermó a finales de los años 80 residiendo ya en Londres, Sinatra fue en su ayuda sin dudarlo un minuto, poniendo incluso en riesgo su matrimonio en ese momento con Barbara Marx Sinatra, como podrán leer quienes se adentren en las páginas de este libro. Esta fue la relación de dos mitos de nuestro tiempo. De Sinatra se han dicho muchas cosas. El temperamento tanto de “la Voz” como de “la Gardner” es puesto al descubierto por Méndez a través de la letra de cada uno de ellos en esta obra.
Quien escribe estas líneas no se considera ni mucho menos un cinéfilo, más allá de haber sido espectador de numerosas películas que desde temprana edad he podido visionar en la televisión o en la gran pantalla, pero no quisiera dejar de comentar aquí que de Ava Gardner siempre me han sorprendido dos cosas: una la decisión que tomó de venir a Madrid a finales de los cincuenta. El Madrid de aquel entonces que comenzaba a emerger de los sinsabores de una durísima posguerra no tenía nada que ver con las grandes ciudades norteamericanas de la época o con las grandes capitales de la Europa occidental que también intentaban recomponerse de la cruenta segunda guerra mundial. Aún así, para la actriz de Carolina del Norte aquel Madrid fue una especie de paraíso, donde las autoridades del “régimen” le permitieron dar rienda suelta a “sus excesos”. La otra, lo siento, es algo que no puedo perdonarle, que en primeras nupcias se casara con Mickey Rooney. En fin…, cosas mías.
Muy diferente fue el tándem Simone de Beauvoir y Jean- Paul Sartre, otra pareja analizada en este libro. «La contradicción es una de las estaciones preferidas de los filósofos», escribe Pablo Méndez en el capítulo dedicado a la autora de El segundo sexo y al autor de La náusea. Una pareja donde hallamos filosofía, literatura, activismo político y social, feminismo, existencialismo, marxismo…, un caldo de cultivo complejo para una relación íntima basada además en el rechazo a la monogamia y en la sinceridad como eje central de dicha relación.
“Libertad o amor o laberinto” se subtitula el capítulo dedicado a esta pareja. Laberinto y podríamos añadir contradicción, pues, aunque Simone de Beauvoir no se desprenderá nunca de su vinculación con Sartre, como mujer parece encontrarse paradójicamente más cómoda en una relación más “clásica” como la que tuvo con su anterior pareja, el escritor norteamericano Nelson Algren. Una relación basada en postulados tradicionales y por tanto antagónicos a los que rigen su relación con Jean-Paul Sartre.
Siguiendo con la lectura de este libro sabremos que Humphrey Bogart fue, aunque a priori pueda parecer difícil de creer, un rebelde contra el orden establecido, las normas sociales, la autoridad, las costumbres al uso. Asimismo descubriremos —por su biografía y su letra—cómo Lauren Bacall, la mujer con la que el autor encontró el amor después de tres matrimonios fallidos, fue una mujer observadora, deductiva, con gran capacidad de adaptación, capaz de conseguir y sostener un matrimonio feliz con Bogart en el Hollywood de los años 40 y 50 del siglo pasado, una tarea nada fácil.
Una pareja difícil abordar y que estoy seguro a necesitado toda la pericia de Pablo Méndez como grafólogo es la conformada por Eva María Duarte y Juan Perón. Aunque Juan Perón fue una figura de enorme significación en la historia de Argentina, no podemos soslayar que Eva Perón se convirtió en un mito y de alguna manera, a mi juicio, sobrepasó a la figura del propio Juan Perón desde el punto de vista de la cultura popular. Ciertamente, Juan Perón puso siempre una gran intensidad en todo lo que hizo. Por otro lado, Eva Perón fue una mujer enérgica que arrollaba con su presencia… Al final, esta pareja que, como se apunta en el libro, contendió siempre unida en la arena de la política por una misma causa parece haber quedado vinculada para la historia por el mito de Eva Perón.
En las páginas de Parejas por dentro nos asomamos también a otras parejas más cercanas en el tiempo, como John Lennon y Yoko Ono o Woody Allen y Mia Farrow. La primera fue una relación ardua, complicada, dependiente…, en la que Lennon y Ono construyeron su propia realidad basada en un amor entendido como lo concebía Lennon, como «una carta que no termina nunca con todo el peso de la vida y de la muerte», pero donde no deberíamos perder de vista a otra pareja de Lennon (aunque su letra no se examine en esta obra): May Pang. La segunda, Woody Allen y Mia Farrow, fue un culebrón en toda la extensión de la palabra sobre cuyos protagonistas, a través de las claves grafológicas que nos proporciona Méndez, vislumbraremos muchos aspectos de la personalidad de estos dos personajes desconocidos para el gran público.
Con la necesaria consideración y cortesía, Pablo Méndez estudia la letra de nuestros reyes eméritos: Juan Carlos I y Sofia de Grecia. Si leen la obra sabrán lo que puede descubrirse en la letra de nuestros anteriores monarcas. El título que el autor, Pablo Méndez, ha elegido para encabezar el capítulo que dedica a la relación de esta egregia pareja es, creo, suficientemente revelador: “La dorada cárcel”, saquen ustedes sus conclusiones.
He reservado para concluir esta recensión a la única pareja de poetas que aparece en este libro: Sylvia Plath y Ted Hughes, donde debemos citar a una tercera persona en discordia: Assia Wevill, para completar esta “tragedia griega” en la que con el tiempo falleció, como suele decirse, hasta el apuntador. Amor, envidias, celos, obsesión…, la historia más desdichada con diferencia a las comentadas con anterioridad que fue protagonizada por este intrincado matrimonio de poetas. Así son, al parecer, las Parejas por dentro.
Francisco J. Castañón