CAROLINA PATIÑO, EROTISMO Y DRAMA DE UN MITO
por Francisco J. Castañón
Nacida
en Guayaquil (Ecuador), escribió dos libros sorprendentes. Hoy es un
mito y está considerada como poeta de culto. Con apenas 20 años se quitó
la vida. Publicada en su país natal y en México, ahora llega a España
su “breve” obra completa.
Carolina
Patiño nació en Guayaquil en 1987. Fue adoptada con un año de vida por
una familia ecuatoriana de buena posición. Pasó su infancia en Quito.
Siendo adolescente tocó en grupos musicales con los que tuvo cierto
éxito. Nunca conoció a su madre biológica. Aún así, le dedicó su poema
Mamá: “Nuestros caminos empezaron juntos /…estoy sola en lo que quedó de
mi pasado”
Con
19 años la vida de Carolina Patiño oscilaba entre el juego de la
seducción, el desaliento y una brillante creación literaria. En aquellos
días, escribió dos libros extraordinarios. El primero, Atrapada en la
costilla de Adán, destaca por su erotismo desbordante. Poemas como
Tómame como el agua que me inunda, versos como “Tu lengua estimula / al
sol entre mis piernas / haciendo que haga de todo” o “La espalda de Eva
se arqueaba de tal forma que su boca colonizaba la entrepierna de Adán”,
son ejemplos de este libro rebosante de abierta sexualidad y
revelación de los sentidos.
Irreverente
y sarcástica, también buscó la redención y pronunciar el prohibido
nombre de Dios sin caer en la blasfemia, según ha apuntado el poeta
Fernando Cazón. Carolina Patiño, leía con avidez la Biblia a la que
consideraba un fascinante libro de ficción. De esa lectura surgían ideas
e imágenes que utilizaba en sus poemas: “Me enrosqué en tu pierna / nos
aprovechamos de la ausencia de Adán / para…concebir a Caín”
Su
otro libro es bien distinto, en el que la infancia, la vida, el dolor o
la depresión son los temas de sus poemas. Té suicida es el título de
ese segundo libro y, ahora también, de su breve pero intensa “poesía
completa” publicada por primera vez en nuestro país por Ediciones
Vitruvio. La recopilación de su obra ha sido prologada por el poeta
ecuatoriano Augusto Rodríguez que mantuvo una relación amorosa con
Carolina. Tras su muerte, fue él quien rescató ese segundo libro del
ordenador de Carolina gracias a que ella le había confiado la clave de
acceso. “Lo dejó listo como si supiera que yo algún día iría detrás de
él”, confiesa Augusto Rodríguez. Con este libro, que hubiera podido
perderse para siempre, Patiño puso punto y final. Como dice en su poema
Pastillas color pastel: “se acabo el drama”.
Los
versos de Patiño comenzaron a ser conocidos tras ganar en 2004 el
concurso Buseta de papel en Ecuador. En vida fue una poeta para esa
“inmensa minoría” de la que hablaba Juan Ramón Jiménez. En la
actualidad, es ya considerada como una autora de culto que cada vez suma
más lectores en Latinoamérica y España.
El
Ateneo de Madrid ha sido este mes de noviembre de 2014 el marco elegido
para dar la bienvenida a su poesía completa y rememorar a la escritora
guayaquileña. Relevantes voces de la poesía española, como Antonio
Daganzo, Pablo Méndez, Alberto Infante, Davina Pazos, Rafael Soler,
Fernando López Guisado y el propio Augusto Rodríguez, rindieron homenaje
a esta poeta de la que nunca sabremos hasta donde hubiera llegado su
poesía de haber seguido entre nosotros. El acto fue también una
oportunidad para reivindicar las letras ecuatorianas contemporáneas.
Nota del editor: este artículo fue publicado el 07 de noviembre de 2014 en el diario 'Estrella digital' con el enlace http://www.estrelladigital.es/articulo/artes/carolina-patino-erotismo-y-drama-mito/20141107201800216653.html
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