Este jueves, 26 de marzo, pudimos escuchar poemas de Antonio Daganzo en el marco del ciclo “Lorca vivió aquí”, que viene desarrollándose en la Casa del Libro de la calle Alcalá, 96 de Madrid. Este local de la Casa del Libro está, en efecto, ubicado en el edificio donde Federico García Lorca vivió sus últimos días en Madrid. De su casa en Alcalá, 96 salió el 14 de julio de 1936 hacía la Estación de Atocha con destino a Granada. Nunca regresaría.
Pero hablemos de Antonio Daganzo. Sin duda, uno de los poetas más interesantes del panorama poético español de nuestro tiempo. Durante el recital pudimos escuchar poemas de diferentes etapas por las que ha transcurrido su producción poética (Siendo en ti aire y oscuro, Que en limpidez se encuentre, Mientras viva el doliente y Llamarse por encima de la noche), así como algunos ejemplos inéditos de lo que está por llegar. El autor inició su lectura, como no podía ser de otra manera, rememorando a Lorca. El poeta leyó poemas que arrancaron los aplausos espontáneos del público, entre los que cabe destacar varios sonetos de magnífica factura. Asimismo, dejó constancia de su vinculación personal y literaria con la música. Oír los poemas de Antonio Daganzo en su voz siempre es un deleite y ayer no fue una excepción.
Pero hablemos de Antonio Daganzo. Sin duda, uno de los poetas más interesantes del panorama poético español de nuestro tiempo. Durante el recital pudimos escuchar poemas de diferentes etapas por las que ha transcurrido su producción poética (Siendo en ti aire y oscuro, Que en limpidez se encuentre, Mientras viva el doliente y Llamarse por encima de la noche), así como algunos ejemplos inéditos de lo que está por llegar. El autor inició su lectura, como no podía ser de otra manera, rememorando a Lorca. El poeta leyó poemas que arrancaron los aplausos espontáneos del público, entre los que cabe destacar varios sonetos de magnífica factura. Asimismo, dejó constancia de su vinculación personal y literaria con la música. Oír los poemas de Antonio Daganzo en su voz siempre es un deleite y ayer no fue una excepción.
